A principios de diciembre recibí la llamada de Juan Vicente. Me propuso elaborar una tarta para sorprender a su esposa, Antoñi, en su 40ª Aniversario de bodas. Yo, por supuesto, encantada de que confiara en mí para tan dulce sorpresa. El solo puso una condición, que la tarta estuviera inspirada en la Bella Venecia.